sexta-feira, 7 de março de 2008

Eucarístia de encerramento da CG 35

  • En una lluviosa tarde, la eucaristía tuvo lugar a las 6.00 pm. A Clausura diferencia de la misa de apertura o de acción de gracias tras la elección, en esta ocasión no hubo multitud de periodistas deseosos de obtener fotos del nuevo Superior General de los jesuitas. Lo que sí hubo fueron muchísimos amigos y amigas de la Compañía, así como jesuitas de las casas de Roma, que llenaron la Iglesia del Gesú en una misa que resultó a la vez sencilla y solemne. Una vez más, el P. Vlastimil Duka dirigió un coro que llenó magistralmente la iglesia, terminando con un Te Deum mientras los consejeros del Padre General añadían incienso un brasero situado en el altar mayor. Cansados tras dos meses de intenso trabajo, pero satisfechos por el camino realizado, los delegados se han dado hoy el signo de paz cargado de afecto, entre compañeros y amigos que han rezado, discutido, escrito, debatido, y vivido una honda experiencia de Compañía y de Iglesia. Finalmente, tras dos meses con la atención puesta en Roma, la Compañía vuelve a su ritmo ordinario. Tras la eucaristía los primeros delegados emprendían ya los viajes de vuelta, que en los próximos días llevarán a los más de 200 jesuitas movilizados por la Congregación a todos los rincones del mundo.

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