Crônica
Esta mañana en el aula tuvimos la Oración común, esta vez en castellano. Un oboe, interpretado por un jesuita en tercera probación, ameniza el comienzo y el final del rato de oración. El P. General nombró una comisión que han preparado unos textos para cada día y nos ayudan a ponernos en clima de búsqueda de la voluntad de Dios. Este momento de oración fue seguido de una serie de avisos de los encargados de la Comisión de ‘Statu’ y de otros datos importantes para el desarrollo de nuestro trabajo.
Hubo luego un tiempo para preguntas de los electores sobre el proceso de la próxima semana… semana de ‘elección’… Comenzaremos conversando sobre el informe de la Comisión de ‘Statu’, que nos van a entregar hoy y luego seguiremos en el proceso de preparación para la elección del General. Hay mucha expectativa y sentimos la necesidad de orar mucho para abrirnos a la luz del Espíritu santo…
La mañana terminó con un examen de lo que nos dejó la semana, hecho por Asistencias o Conferencias de Provinciales. Desde luego hay sentimientos encontrados. Para algunos llevamos cuatro días ‘mareando la perdiz’… y no nos desanimamos; eso es una buena señal. Para otros, se trató de una semana de ‘descompresión’, de ‘llegar’ y ‘calentar’ motores para un proceso de búsqueda de la voluntad de Dios, al estilo de unos Ejercicios Espirituales.
Esta primera semana tendría la función de poner delante de nosotros el fin de nuestra Compañía, para hacernos indiferentes, en el sentido ignaciano, se entiende… Este es el primer paso que propone san Ignacio a quien quiere hacer una ‘sana y buena elección’, tal como aparece en los Ejercicios Espirituales. Delante de nosotros van apareciendo distintos caminos, ante los cuales no podemos venir con posiciones tomadas o decisiones cerradas. Eso iría en contra de nuestra espiritualidad que siempre busca ‘lo que más conduce al fin para el cual hemos sido creados’.
Podría decirse que entre los electores habría como dos tendencias que no me atrevo a decir que son contradictorias o que, efectivamente, son así, pero desde mi percepción parcial, algunos quieren que la Congregación diga una palabra nueva y atractiva, en un lenguaje que impacte, impulse y dinamice a toda la Compañía… mientras que otros sienten que casi todo está dicho y de lo que se trata es de que lo llevemos a la práctica, por lo tanto, no se deben producir muchos documentos y lo más importante que tenemos como tarea es la elección de un buen General.
Por otra parte, encuentra uno compañeros que tienen una tendencia más ‘curial’ o ‘romana’, para llamarla de alguna manera, mientras que otros están esperando que lo nuevo llegue de los m márgenes de la misma Compañía, de la Iglesia y del mundo… No se trata, como digo de posiciones contradictorias, ni nadie abiertamente defiende esta visiones como si fueran cara y sello… pero sí se perciben corrientes y comentarios que van en una u otra dirección.
Sobre el perfil del nuevo General, sin que se trate tampoco de términos que se excluyen, hay quienes buscan más un hombre con capacidad organizativa y otros buscan un profeta que impulse hacia nuevos horizontes. También podría hablarse de un hombre que ponga en acento en la cura personalis y que enfatice la dimensión comunitaria de nuestra vida, o de un hombre que sea más lanzado y represente un dinamismo creativo… Si pusiéramos las cosas en términos de fe-justicia, que no debemos nunca separar, podría haber un Superior General que marque más una dirección de fe y otro que ponga la fuerza en la justicia.
Es muy peligroso pensar en estos polos como si fueran excluyentes o contrarios. Se trata más bien de caras de una misma moneda… si se lleva una, hay que llevarse necesariamente la otra… pero también hay que reconocer que hay puntos de partida o caminos que comienzan en un lugar y buscan llegar a otro. Por dónde vamos a comenzar, es la pregunta que nos sigue rondando. Para todos es claro que no hay UN candidato. El abanico está abierto y tenemos delante lo que Dios provee… Sigamos pidiendo, y esta semana que viene con mayor intensidad, que el Espíritu santo ilumine nuestras mentes e inflame nuestros corazones con su gracia, para que dejando a un lado nuestro propio ‘amor, querer e interés’ y busquemos solamente lo que más conduce al fin…
Iluminados por la fiesta del Bautismo del Señor, pidamos la fuerza del Espíritu de Dios, que bajó sobre Jesús ‘como una paloma’, y escuchemos la voz de Dios que hoy vuelve a decirnos: “Este es mi hijo amado, a quien he elegido”.
Hubo luego un tiempo para preguntas de los electores sobre el proceso de la próxima semana… semana de ‘elección’… Comenzaremos conversando sobre el informe de la Comisión de ‘Statu’, que nos van a entregar hoy y luego seguiremos en el proceso de preparación para la elección del General. Hay mucha expectativa y sentimos la necesidad de orar mucho para abrirnos a la luz del Espíritu santo…
La mañana terminó con un examen de lo que nos dejó la semana, hecho por Asistencias o Conferencias de Provinciales. Desde luego hay sentimientos encontrados. Para algunos llevamos cuatro días ‘mareando la perdiz’… y no nos desanimamos; eso es una buena señal. Para otros, se trató de una semana de ‘descompresión’, de ‘llegar’ y ‘calentar’ motores para un proceso de búsqueda de la voluntad de Dios, al estilo de unos Ejercicios Espirituales.
Esta primera semana tendría la función de poner delante de nosotros el fin de nuestra Compañía, para hacernos indiferentes, en el sentido ignaciano, se entiende… Este es el primer paso que propone san Ignacio a quien quiere hacer una ‘sana y buena elección’, tal como aparece en los Ejercicios Espirituales. Delante de nosotros van apareciendo distintos caminos, ante los cuales no podemos venir con posiciones tomadas o decisiones cerradas. Eso iría en contra de nuestra espiritualidad que siempre busca ‘lo que más conduce al fin para el cual hemos sido creados’.
Podría decirse que entre los electores habría como dos tendencias que no me atrevo a decir que son contradictorias o que, efectivamente, son así, pero desde mi percepción parcial, algunos quieren que la Congregación diga una palabra nueva y atractiva, en un lenguaje que impacte, impulse y dinamice a toda la Compañía… mientras que otros sienten que casi todo está dicho y de lo que se trata es de que lo llevemos a la práctica, por lo tanto, no se deben producir muchos documentos y lo más importante que tenemos como tarea es la elección de un buen General.
Por otra parte, encuentra uno compañeros que tienen una tendencia más ‘curial’ o ‘romana’, para llamarla de alguna manera, mientras que otros están esperando que lo nuevo llegue de los m márgenes de la misma Compañía, de la Iglesia y del mundo… No se trata, como digo de posiciones contradictorias, ni nadie abiertamente defiende esta visiones como si fueran cara y sello… pero sí se perciben corrientes y comentarios que van en una u otra dirección.
Sobre el perfil del nuevo General, sin que se trate tampoco de términos que se excluyen, hay quienes buscan más un hombre con capacidad organizativa y otros buscan un profeta que impulse hacia nuevos horizontes. También podría hablarse de un hombre que ponga en acento en la cura personalis y que enfatice la dimensión comunitaria de nuestra vida, o de un hombre que sea más lanzado y represente un dinamismo creativo… Si pusiéramos las cosas en términos de fe-justicia, que no debemos nunca separar, podría haber un Superior General que marque más una dirección de fe y otro que ponga la fuerza en la justicia.
Es muy peligroso pensar en estos polos como si fueran excluyentes o contrarios. Se trata más bien de caras de una misma moneda… si se lleva una, hay que llevarse necesariamente la otra… pero también hay que reconocer que hay puntos de partida o caminos que comienzan en un lugar y buscan llegar a otro. Por dónde vamos a comenzar, es la pregunta que nos sigue rondando. Para todos es claro que no hay UN candidato. El abanico está abierto y tenemos delante lo que Dios provee… Sigamos pidiendo, y esta semana que viene con mayor intensidad, que el Espíritu santo ilumine nuestras mentes e inflame nuestros corazones con su gracia, para que dejando a un lado nuestro propio ‘amor, querer e interés’ y busquemos solamente lo que más conduce al fin…
Iluminados por la fiesta del Bautismo del Señor, pidamos la fuerza del Espíritu de Dios, que bajó sobre Jesús ‘como una paloma’, y escuchemos la voz de Dios que hoy vuelve a decirnos: “Este es mi hijo amado, a quien he elegido”.
Un abrazo de hermano y amigo en el Señor,
Hermann Rodríguez Osorio, S.J
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