quarta-feira, 16 de janeiro de 2008

Preparación para la nueva elección




Durante estos días la información va a ser mínima. Ayer ha comenzado el periodo de oración y conversaciones privadas que llaman las 'murmuratio.' Los 216 Jesuitas que van a elegir al nuevo General ya están conversando y rezando acerca de quién puede ser el Jesuita más indicado para liderar la Compañía. Las ideas surgen poco a poco de charlar uno con otro y reunir información sobre posibles candidatos. Hacer campaña por uno mismo o por alguien está estrictamente prohibido. Los electores tratan de conocer más sobre aquellas personas que creen cumplen los requisitos para ser General, preguntando a otros Jesuitas que han vivido o trabajado con el sujeto para conocer más a fondo sus cualidades humanas, espirituales, formación, idiomas, tipos de trabajo que ha desarrollado, experiencia de gobierno, liderazgo, etc.
Tras las murmuraciones, los delegados sopesan en oración lo que han escuchado, en busca de claridad. En este discernimiento es especialmente importante el sentir de cada elector acerca de lo que la Compañía de Jesús necesita en este particular momento histórico. El padre Meter-Hans Kolvenbach, cuya dimisión como superior general ha sido aceptada por la Congregación el pasado 14 de enero, señalaba las implicaciones de una elección así: 'Eligiendo uno de entre los miles de Jesuitas capaces (de ser General), la Compañía dirá qué es lo que espera de su futuro: un profeta o un sabio, un innovador o un moderador, un contemplativo o un activista, un hombre directivo o un hombre de unidad.' (De una entrevista conjunta con Radio Vaticana y L'Osservatore Romano.)
El sábado por la mañana los electores tendrán una misa en la iglesia del Espíritu Santo antes de entrar al aula donde se procederá a la elección. Cada uno escribirá el nombre a mano en una papeleta y la votación durará tanto como haga falta hasta que exista una mayoría simple. Tras cuatro días de murmuraciones, no llevará mucho tiempo.

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