terça-feira, 22 de janeiro de 2008

Crônica da 35 CG - dia 22 de Janeiro




Hemos vivido una mañana de decisiones rápidas, pero sustanciales. Los temas habían sido preparados ayer por asistencias, de manera que fue un ejercicio diligente. Elegimos un Secretario y dos ayudantes para la etapa ‘Ad negotia’, de la Congregación General. Igualmente, elegimos a los miembros de la Deputatio Ad negocia, que serán los que determinen los ritmos del trabajo y la orientación fundamental, junto al P. General. Esta ‘Deputatio’ cuenta con un representante de cada Asistencia y retoma el trabajo que venía haciendo el ‘Coetus praevius’, como preparación de la CG. Para estas votaciones utilizamos el novedoso sistema que tiene el Aula, de modo que cada uno puede dar su voto de una manera muy ágil y los resultados son proyectados en la pantalla, a la vista de todos los presentes. Cada uno de nosotros tiene un aparato a través del cual puede votar por los nombres que quiere, manteniendo el secreto de la votación y garantizando la agilidad en el conteo de los votos.
Una vez cumplidos estos procesos, la ‘Deputatio ad negotia’ comenzó su trabajo junto al P. General. Los demás nos fuimos a celebrar la eucaristía en grupos lingüísticos. La nuestra fue organizada por la Provincia de Brasil Centro. Presidió Edson Andretta, maestro de novicios y estuvieron con él, Carlos Palacio, Provincial de BCE y Carlos Salomão, originario de BCE y ahora, Provincial de Mozambique.
En la tarde, nos reunimos para escuchar la propuesta de trabajo de la ‘Deputatio ad negotia’ y para que todos manifestáramos en qué grupos temáticos y en qué lengua queríamos trabajar. Con esta información, se organizarán grupos lingüísticos para comenzar ya el trabajo de reflexión sobre los decretos. La tarea es responder dos preguntas: ¿Qué le queremos decir a la Compañía universal? y ¿Cuál puedes ser el mejor ‘apoyo’ que podemos darle al nuevo General para su gobierno?
Ha sido publicado en varios sitios de la Compañía un texto escrito por el P. Adolfo Nicolás antes de la CG en la que expresa seis esperanzas frente a la CG 35. Por ser un texto valioso y orientador, he querido incorporarlo a estas ‘Cónicas’. Hay que tener en cuenta que la versión oficial es en inglés y que esta es una traducción ‘no oficial’. (TEMOS A VERSÃO EM PORTUGUES, NÃO OFICIAL, FEITA PELO ESCOLÁSTICO MOISES E ESTÁ NESTE BLOG) Aquí van sus reflexiones:
“¿Podemos ser realistas? Aún puedo recordar GC34. Son recuerdos cariñosos, llenos de buen humor y desafiantes. No éramos realistas. Imagínense: 220 jesuitas deciden abordar 46 temas, trabajar con ellos durante tres meses, producir 26 documentos y manejar solemnemente y aprobar 416 normas complementarias. Por lo tanto, no nos sorprendió cuando surgió la crisis: crisis de contenidos, de gestión y de esperanza. El próximo año vamos a estar cerca de 230 miembros. Mi ferviente esperanza es que seamos realistas en relación a cuanto una CG puede hacer decentemente bien, lo que no puede, y lo que debería dejar al nuevo Padre General y su equipo.
¿Podemos ser transparentes? La transparencia se ha convertido en algo difícil en nuestro pequeño mundo. ¿Cuándo fue la última vez que un gran líder ha podido confesar pecados sustanciales en público y seguir liderando el rebaño, el país, la Iglesia? Y, sin embargo, nuestras CCGG siempre han comenzado con un honesto y franco reconocimiento de aquello en que vamos mal, lo que falta en nuestras vidas, lo que se ha distorsionado o herido en nuestro espíritu, lo que necesita conversión, renovación o reforma radical. Mi sincera esperanza es que podemos hacerlo de nuevo.
¿Podemos ir acompañados? Lo mejor de una CG es el evento en sí mismo, vivido como un 'evento del corazón’. Es un tiempo de intensa búsqueda y de estimulante intercambio, donde las preguntas y las respuestas no vienen linealmente, sino que danzan dentro de nosotros y en torno a nosotros, al ritmo de fraternal y humilde apertura mutua. Mi esperanza es que esto le ocurra a toda la Compañía de Jesús. Espero que nosotros tomemos parte activa en la preparación de la Congregación desde el interior de nuestros problemas comunes. La oración, la reflexión y el intercambio son el don y la contribución. Espero que los que no van a Roma monitorearan y seguirán de cerca los acontecimientos, con la misma esperanza, la misma intensidad de la búsqueda, la misma voluntad de cambio, para ser guiados por el Espíritu de nuestro Señor. Esta será nuestro mejor acompañamiento.
¿Podemos ser creativos? Tengo la impresión, todavía imprecisa y difícil de definir, de que hay algo importante en nuestra vida religiosa que requiere atención y que no la está obteniendo. Ciertamente hemos sido diligentes en el tratamiento de nuestros problemas cada vez que los hemos visto: la Pobreza (CG 32 en 1974 y 34 en 1995), la castidad (CG 34), la comunidad (Provinciales en Loyola)... Pero el malestar en la Compañía y en la Iglesia no ha desaparecido. La pregunta para nosotros es: ¿es suficiente que estamos contentos con nuestra vida y mejorando nuestro servicio y ministerio? ¿No hay también un factor importante en la percepción de la gente (Vox Populi), que nos debería conducir a una reflexión más profunda sobre la vida religiosa hoy? ¿Cómo puede ser que obtenemos tanta admiración y tan poco seguimiento? Por lo tanto, una de mis esperanzas es que en la CG 35 pueda empezar un proceso dinámico y abierto de reflexión sobre nuestra vida religiosa que sea el inicio de un proceso de re-creación de la Compañía para nuestro tiempo, no sólo en la calidad de nuestros servicios, sino también y principalmente en la calidad de nuestro testimonio personal y comunitario para la Iglesia y el Mundo.
¿Podemos ser prácticos? La época en que vivimos y que nuestros jóvenes jesuitas viven, es una época de cambio muy rápido. Las nuevas tecnologías y las nuevas posibilidades de comunicación pueden hacer una gran diferencia. Estamos utilizando algunos. No nos sentimos libres para utilizar otros. Tal vez una cierta moderación en el uso de los nuevos medios sea bueno para nosotros. Tal vez no. Es tan difícil saber lo que va a pasar dentro de siete o diez años. Mi esperanza es que la próxima CG abra el camino para futuras CCGG, dando al nuevo General y a su Consejo la libertad para discernir y elegir los mejores medios para preparar y llevar adelante las Congregaciones del futuro.
¿Podemos ser breves? No quisiéramos que la CG 35 se convierta en un ejercicio de paciencia. Una CG no es una "panacea" para todos los problemas que se pueden enfrentar. Se trata de una ayuda de gran valor, pero básicamente orientada para la continuación del crecimiento en el Espíritu y para el Apostolado de la Compañía en su conjunto. Por lo tanto, mi esperanza final es que vamos a ser tan claros en relación con los objetivos, y tan centrados en nuestro trabajo, que podamos hacer este servicio a la Compañía y la Iglesia dentro de un plazo razonablemente breve”.
Hasta aquí el P. Nicolás… Más claro no canta un gallo…
Un abrazo de hermano y amigo en el Señor,




Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

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